miércoles, 11 de septiembre de 2013

Maestras en el Zócalo exponen las razones de su lucha

La SEP elabora textos como si todos los niños vivieran en las ciudades, donde hay posibilidad de que ellos amplíen su conocimiento en museos, circos, zoológicos, cines, supermercados…en las comunidades los pequeños apenas conocen el caminito de la escuela.


Por Inés García Nieto  



Cinco mil o tal vez diez mil docentes de estados como Chiapas, Oaxaca, Nayarit y Michoacán entre otros estados, están bajo coloridos toldos de plástico, que a su vez resguardan anafres, sillas, botellones de agua, cacerolas y pequeñas casas de campaña.
Las campanadas de Catedral anuncian las 12 del día, y en calles aledañas al zócalo, los capitalinos transitan curioseando el gran campamento magisterial instalado desde el 19 de agosto de este agitado 2013.

Jóvenes y adultos, mujeres y ancianos se atreven a pasar en medio de los campamentos organizados por zonas y delegaciones, donde un escrito hace patente el rechazo a la reforma educativa, propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto al poder legislativo.

En uno de esos toldos hay un grupo de mentores procedentes de Tuxtepec, Oaxaca. Dos maestras se dan a la tarea de recoger los utensilios para guisar y dormir, y a ellas se pide una entrevista. Ofrecen sillas en señal de aceptación. Una vez listas grabadora y cámara inician las preguntas de rigor:




¿Sus nombres y en qué escuelas trabajan?    
Carmen Robles y Susana Sánchez. Las dos trabajamos en la primaria “Dr. Manuel Gamio”.

¿Qué grados dan? Susana da primero y segundo, y yo tercero y cuarto. Otro maestro da los dos últimos grados de primaria.

¿Desde cuándo están en el zócalo y por qué?

Llegamos el 19 de agosto y nos manifestamos de esta manera porque no estamos de acuerdo en la reforma educativa, porque el gobierno a través de la SEP no considera el medio, el contexto en el trabajamos.

Sí estamos de acuerdo a la evaluación que se haga a nuestro trabajo, pero necesitamos que el gobierno valore las condiciones en que enseñamos. Insistimos en que no sea un solo examen a nivel nacional, sino que considere la capacidad de entendimiento de los niños indígenas.

¿Ustedes enseñan a niños indígenas?

Si, tres docentes atendemos a 78 niños cuya lengua es el chinanteco y el mazateco. Nosotros laboramos sólo con pizarrón y gis, en la única escuelita de la comunidad “Pescaditos de Abajo” perteneciente al municipio de San Miguel Soyaltepec, Tuxtepec.

¿Ustedes hablan esas lenguas? Si porque cuando los niños no entienden lo que les explicamos en español, se lo tenemos que enseñar en chinanteco para que  aprendan.

¿Cómo cree que pueda ser la evaluación de la SEP para el magisterio de México? 
Lo desconocemos. Nosotros decimos que sí aceptamos la evaluación, pero queremos que se consideren las condiciones del lugar, del material, del grado de marginación de la comunidad, pero el gobierno no quiere ver esto.

¿Qué es lo que sí considera entonces?

Quitarnos el trabajo, nosotros percibimos que el gobierno quiere dar empleo a los jóvenes quitándonoslo a los que tenemos más de 20 años en servicio, pero lo que el gobierno debe hacer es crear más plazas para los nuevos docentes.

¿El fondo de la reforma educativa cual será, según la Coordinadora de Trabajadores de la Educación?

El gobierno pretende que el magisterio pierdas sus derechos laborales, sus prestaciones, y esto no sólo lo defienden los maestros de la CNTE, a esta lucha también se han sumado los maestros afiliados al SNTE. De esos maestros hemos recibido mucha ayuda del 1 de septiembre a la fecha.

¿Ustedes maestras, en que marchas han participado?

Hemos ido al Senado, a la Secretaría de Gobernación, al Aeropuerto, a la SEP.

¿Cómo los ha tratado la población?

Como en todo, unos nos motivan a seguir adelante en la lucha, y otros nos ofenden. De flojos y revoltosos no nos bajan.

¿A quienes rechazan estas movilizaciones que les diría?
Que no somos flojos, que sí trabajamos, que cuando ganemos esta lucha, no solo nosotros seremos beneficiados, sino sus hijos también.

¿Por qué serán beneficiados sus hijos?
Porque si nosotros que tenemos conocimiento, conciencia, y capacidad de organización, no somos capaces de defender lo que afecta nuestra vida personal y profesional  ¿seremos capaces de defender el derecho de educación de los niños de nuestro país?

¿Si no defienden lo suyo, menos lo de los demás…’

Así lo vemos. En México se están viviendo momentos de cambio. Sabemos que la lucha es difícil, más no imposible.

¿Ustedes como mujeres no sienten miedo?

Si lo tenemos, más cuando se habla de que llegarán los granaderos a desalojarnos con agua, con bombas, con gases  lacrimógenos, pero eso ya lo vivimos en Oaxaca en el 2006 con el gobernador Ulises Ruiz, y aquí seguimos.

¿De las  evaluaciones Enlace que opinan?

De esas evaluaciones a los niños le digo tres cosas. La SEP cambia constantemente los planes de estudio, y aunque nosotros tomamos cursos cada ciclo escolar para entender lo que enseñaremos, apenas nos estamos adaptando a uno cuando ya llega otro y eso afecta nuestra tarea. También hay cambios en los libros de texto. Antes las páginas eran atractivas, con ilustraciones, hoy es pura letra. A los niños no les despierta el interés por el conocimiento  

El otro punto es el contexto. La SEP elabora textos como si todos los niños vivieran en las ciudades, donde hay posibilidad de que ellos amplíen su conocimiento en museos, circos, zoológicos, cines, supermercados, pero en las comunidades los pequeños apenas conocen el caminito de la escuela, el mercado, su parque, su río.

¿Esto explica el contexto del que hablan como maestros?
Eso explica la desventaja, el contraste, el abandono en que viven miles de personas, miles de niños. Las escuelas de las comunidades necesitan tecnología, porque sí hay señal para los celulares,  también debe haber señal para internet, ¿por qué hemos de ver que esos niños crecen con tantas desventajas?

¿Los niños destacados de las comunidades reciben becas?

Las becas sólo se otorgan en las ciudades, en las comunidades no.

¿Algo qué quiera agregar o precisar maestras?     


Nosotros ya queremos regresar a nuestras aulas, pero mientras el gobierno no nos escuche, no vamos a regresar. Por este medio agradecemos el apoyo recibido por la población, quienes vienen y nos dejan agua, café, atunes, y nos permiten asearnos en sus casas, y también el apoyo de los padres de familia en Tuxtepec, que este miércoles marcharan en apoyo a nuestra lucha. 

lunes, 26 de agosto de 2013


Todos tenemos un boleto

a la discapacidad: Milly Marín


Aún con ceguera, la fotografía nos permite conocer nuestro potencial, y mostrar la belleza de nuestro paisaje interior.
Por Inés García Nieto

Carmen Milagros Marín Santibáñez, Milly, es una joven que no ve. Pero de sus grandes ojos emana la luz de la fe. Y en su mente y en su vocabulario no existe la palabra: “No puedo”.
Nació en una ambulancia de la Cruz Roja. A  los 8 años de edad planeó su vida como mujer de éxito, y a los 12 años perdió la capacidad de ver, por un mal funcionamiento en su retina.
A sus 35 años es una mujer que se ha cobijado en la fe. Vive con esperanza, camina al lado del amor, y se declara mujer de éxito.

Milly, como la llaman sus amigos, dio una entrevista a MIRADA A DISTANCIA. Y aparte de su voz, todo su  ser expresa felicidad y paz. Su sonrisa contagia al expresar: “¡Mi  vida es un milagro!”.

Ella nació un domingo de Pésaj  -Pascua-: El 26 de marzo de 1978. Tras perder la capacidad de ver a los 12 años, hoy dice: “Ya no hago planes para más de dos días”.
—Sí me organizo y planeo cosas, pero no me aferro a ello. Hoy sé que dependo del amor del Creador. Él prometió caminar a mi lado, y estar al control de mi vida.

Milly vino al mundo en una ambulancia de la Cruz Roja, cuando su madre era llevada del municipio de Tlacotepec a Cuautla, Morelos, para dar a luz.
Tras ser muy enfermiza, sus padres decidieran dejarla con los abuelos paternos, en la colonia Roma, del Distrito Federal.  A los 8 años de edad, conoció a la dueña de una agencia de viajes: A Rosario de Aviega. Y ella fue su  ejemplo a seguir.  Se dijo: “A los 35 años estaré conociendo Europa, hablaré el  inglés y tendré mi propia empresa”.

A  los 12 años, a punto de entrar a Secundaria, regresó con sus abuelos a Morelos. Y esto la contrarió, por ir contra sus planes de vida.
En junio de 1990, empezó con dolor de ojos y cabeza. Y al ser inscrita, vio cómo la secretaria escribía su nombre. Ya en  clases no pudo leer las letras en el pizarrón.
Al paso de los días sentía como si tuviera “diurex” en los ojos. El diagnóstico fue retinosis pigmentaria; enfermedad hereditaria, que puede desarrollarse en cualquier momento de la vida.

Esto hace decir a Milly:
“Todos tenemos un boleto a la discapacidad; ya sea por enfermedad, accidente o ancianidad. Esto debe despertar la sensibilidad de quienes hoy nos ven como un estorbo desagradable y feo. Porque un día pueden quedar sin la capacidad de caminar, oír o ver. La pregunta que hago a esas personas es: “¿Cómo les gustaría ser tratados en esa condición?”.
Milly estudió repostería, manualidades, el idioma Braille, masoterapia, computación. Y actualmente se prepara como sommelier. Y también como fotógrafa, en el taller “Mirar sin Límites”, dirigido por Juan Miranda, en el Comité Internacional Pro Ciego.

Ella afirma:
“La ceguera me dejó suspendida en la nada, y 14 años estuve aislada del mundo. En esos momentos de dolor, Jesús fue luz a mi oscuridad. Fui inscrita en el Comité Pro Ciegos, e inició mi rehabilitación y estudios.
“Hoy valoro el cómo mi papá-abuelo me preparó para la vida. Decía que el 9 era calificación mediocre, que debía esforzarme para la excelencia. Antes de morir me pidió perdón, al estar consciente que… ´¡Me exigió cañón!´.

“Eso me pasa ahora con mi maestro de fotografía, Juan Miranda. El cree que todos los seres humanos podemos dar más, y quiere que descubramos y alentemos nuestro potencial.
“El, su esposa Norma, y Gina Estrada, representante de Relaciones Públicas de la Asociación de Sommeliers Mexicanos… ¡Han sido una bendición en mi vida!
“Miranda llegó al Comité cuando yo había tirado la cámara fotográfica. Mi esposo, quien me había iniciado en este arte, recién había fallecido, y yo no quería saber nada. Juan me dio su cámara, le tomé dos fotografías, y le gustaron. Y ahí nació una gran amistad”.

Milly Marín, quien sabe que la mayor parte de la discapacidad visual es adquirida (ya sea por diabetes, glaucoma o retinosis), dice:
“Hemos descuidado la alimentación, y es ésta es la base del desarrollo emocional y físico. Si tu cerebro no recibe lo necesario, no responderá con la eficiencia que lo puede hacer. La publicidad nos ha llevado al exceso de los azúcares y las grasas, y por ello crece alarmantemente la diabetes y enfermedades cardiovasculares.
“¿Cuántas personas en México tienen discapacidad visual; ya sea baja visión o ceguera? El 1 por ciento de la población total de México tiene ese problema. Esto es: Una de cada 100 personas, tiene un tipo de discapacidad visual.
“Las personas tienen temor a ser discapacitadas, y éste se manifiesta en rechazo. He escuchado decir, ante un niño con Síndrome de Down: ¡Qué raro, qué feo! ¡Qué pena que aún con todos los sentidos funcionando, la gente no sea capaz de ver el alma de las personas!
“Otro error: No somos los pobrecitos ni somos la Mujer Maravilla. A mí me han dicho: ´Tú has logrado muchas cosas porque tu problema  te ha obligado a desarrollar otros sentidos´. ¿Por qué no lo hacen ellos también? Si no veo, tengo que apoyarme con el oído y el tacto para caminar. ¡Si no, termino rompiéndome la cara!”.

Aflora la fe de Carmen Milagros Marín Santibáñez, entre el tenue humo de su taza de té:
“Dios nos da la habilidad de hacer, y nos pide que aprovechemos al máximo ´eso´  para lo que somos buenos.
“Cuando Él está con nosotros, nada hay que se interponga en  nuestros planes. Yo he experimentado lo sobrenatural que hay en la vida, y sé que todo viene de Él.
“Como conozco su amor incondicional, soy teatrera también. Si las cosas no salen cuando yo pienso que deben salir, le hago panchos, lloro y pataleo.  Entonces  Jesús me dice: ´Todo tiene su tiempo. ¡Espera!´”.

La joven concluye esta rica plática, hablando de su nueva forma de comunicación: La fotografía.
“La imagen que nosotros mostramos al espectador tiene el propósito de expresarnos, de mostrar un pensamiento, una forma de vida, y sólo logramos esa comunicación si esa imagen dice algo a quien la ve. Si le provoca un recuerdo o  una emoción.
“Fotografiar no es sólo disparar la cámara y captar un objeto, sino mostrar nuestro paisaje interior.

“Estoy convencida”, dice sonriendo y feliz Milly Marín Santibáñez, “que al ser humano le falta descubrir lo extraordinario que hay en él. Una vez que experimente esa belleza interior, será capaz de ver lo extraordinario que hay en los demás”.